Artículo de Claudia
PAU: Hoy se publica, como todos los martes, la columna de mi hermana Claudia, y esta vez el artículo habla entre otras cosas de nuestra boda. Como nos gustó muchísimo lo queremos publicar aquí, esperamos no tener problemas de copyright. Un beso a todos...
De hadas madrinas y brujas malvadas
Claudia Barrionuevo
¿Recuerdan el cuento de la Bella durmiente del
bosque?
Al nacer Aurora, sus padres organizan una gran fiesta de bautizo.
Las hadas madrinas le ofrecen, una a una, un don a la pequeña. La bruja mala
que –por supuesto- no ha sido invitada, llega de improviso y condena a la
princesa a un destino fatal: al cumplir quince años se pinchará el dedo con
un huso y morirá.
Afortunadamente, la última hada madrina aún no ha
entregado su don y modifica el maligno hechizo: Aurora no morirá, sólo
permanecerá dormida hasta que reciba el
beso de amor de un príncipe azul. Y así sucede.
Les recuerdo el cuento porque en diciembre asistí al bautizo
y a la boda de dos Auroras. Un bautizo y una boda de cuento de hadas.
El 10 de diciembre –fecha importante para mí pues es el
cumpleaños de mi hermano y mi abuela- una joven amiga organizó una fiesta de
bienvenida para su pequeña hija. Era el bautizo de Aurora: todos los invitados
debían traer un don de regalo. Cada uno de los presentes escribió en una tarjeta
la virtud o el goce ofrecido y lo leyó ante los demás. El cariño colectivo de
todos formó una coraza de energía sobre la princesita Luciana que –no lo
dudo- la protegerá para siempre. Fue una emocionante experiencia sin brujas
malas.La noche del 31 de diciembre -fecha significativa para todos los
que responden al calendario gregoriano- se casó Paula, mi hermana menor.
Varias
hadas madrinas -alegres, festivas y sonrientes- se encargaron de
organizar una hermosa fiesta de cuidados detalles y deliciosa comida, una
ceremonia en un jardín de orquídeas y unos fuegos de artificio que -gracias
a la mano de algún hado (¿por qué no?) coronaron el evento.
Puede resultar extraño casarse un 31 de diciembre, pero la fecha tiene un matiz
mágico de cuento de hadas. Al ser un día cabalístico para todos posee una
fuerza única: empezar un nuevo año, iniciar una nueva vida, dejar atrás el
pasado y llenarse de energía nueva para enfrentar la responsabilidad de ser
pareja.
El último día del año es también una fecha tan llena de
compromisos sociales y familiares, que podemos estar seguros de que, quienes
asistan a la boda/fin de año, de verdad sienten afecto por los novios y
desean su dicha. Ningún aguafiestas será capaz de decirnos: Ni
modo, iré a tu boda, pero te advierto que me arruinaste el fin de año. No. Esos
–supongo y espero- no asistirán.
Además, como la celebración es doble para
todos, la energía, el amor y los buenos deseos se multiplican.
Así que, amigos lectores, si alguno de ustedes va a tener un hijo este año, les
recomiendo darle la bienvenida a la vida como a Luciana: lograrán que la
fuerza del cariño que los rodea proteja a su criatura.
Si alguien –incluso en estos
tiempos- está pensando en casarse, les aseguro que hacerlo un 31 de diciembre es
una experiencia única: estarán rodeados de gente que
en verdad los quiere. Y si la bruja malvada del cuento –esa que no fue
invitada- aparece, será neutralizada por la fuerza del cariño y sus malignos
hechizos se revertirán.
claudia@chirripo.or.cr
posted by Alma Nera at 5:12 p. m.
